El Modelo de Josué

Si pudiera viajar en el tiempo y conocer a cualquier personaje del Antiguo Testamento, Josué sería un contendiente en mi lista. El contraste entre Josué y su generación se ve claramente en uno de los capítulos más importantes de la Biblia.

En Números 13, se seleccionaron doce espías para explorar la Tierra Prometida. Josué fue uno de ellos. Cuando regresaron, diez espías sembraron temor entre los israelitas:

“No podemos subir contra ese pueblo, porque es más fuerte que nosotros”. Y dieron un mal informe a los israelitas de la tierra que habían reconocido, diciendo: “La tierra por la que hemos ido para reconocerla es una tierra que devora a sus habitantes, y toda la gente que vimos en ella son hombres de gran estatura” (Números 13:31, 32).

Pero Josué, con Caleb, dieron un mensaje diferente:

“La tierra por la que pasamos para reconocerla es una tierra buena en gran manera. Si el SEÑOR se agrada de nosotros, nos llevará a esa tierra y nos la dará; es una tierra que mana leche y miel. Solo que ustedes no se rebelen contra el SEÑOR, ni tengan miedo de la gente de la tierra, pues serán presa nuestra. Su protección les ha sido quitada, y el SEÑOR está con nosotros; no les tengan miedo” (14:7-9).

Josué y Caleb eran lo opuesto a los otros espías, no temían a los gigantes de la tierra y no se quejaban contra el Señor. Creían que Dios cumpliría Sus promesas. Difundieron un mensaje de esperanza porque Dios estaba con ellos. Mientras su generación murió en el desierto debido a sus quejas y temor, Josué y Caleb se mantuvieron valientes en las promesas de Dios y vivieron para ver a Israel conquistar la Tierra Prometida.

Llamados a ser valientes

Josué fue seleccionado para liderar el camino hacia esa tierra. Cuando asumió el liderazgo de Israel por primera vez, el Señor le dio un mensaje inspirador. Prometió estar con Josué como había estado con Moisés y nunca fallarle ni desampararlo (Josué 1:5). Entonces el Señor le dio a Josué esta orden:

“Solamente sé fuerte y muy valiente. Cuídate de cumplir toda la ley que Moisés Mi siervo te mandó. No te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas. Este libro de la ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito. ¿No te lo he ordenado Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas” (vv. 7-9).

Cuando leo este grito de guerra y estudio la vida de Josué, me siento inspirada. Me pregunto si estoy siendo un Josué en estos tiempos o si me estoy acobardando por el miedo, confiando en mi propia fuerza en lugar de la de Dios. Dios le dijo a Josué tres veces que fuera valiente y que no tuviera temor, y dos veces le prometió estar con él. El valor que Dios le ordenó que tuviera no provenía de las fuerzas o las habilidades de liderazgo de Josué; vino de la presencia de Dios.

Asimismo, nuestro valor no puede provenir de nuestras propias fuerzas o talentos. Viene de nuestro Padre, quien ha prometido nunca dejarnos ni desampararnos (Hebreos 13:5).

Llamados a liderar

Junto con el valor, Josué mostró un liderazgo asombroso. Al final de su vida, pronunció un discurso que cerró con estas famosas palabras:

“Y si no les parece bien servir al Señor, escojan hoy a quién han de servir: si a los dioses que sirvieron sus padres, que estaban al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitan. Pero yo y mi casa, serviremos al Señor” (24:15)

En respuesta, los israelitas se comprometieron a servir también al Señor. Josué lideró con el ejemplo, y su ejemplo impactó a la siguiente generación.

¿Estamos haciendo lo mismo? Un liderazgo eficaz no se basa en el lema “Haz lo que digo, no lo que hago”; eso no es correcto para la vida cristiana. Debemos ser conocidos por nuestros frutos (Mateo 7:20) e imitar a Cristo como ejemplo para otros (1 Corintios 11:1).

Si queremos que la próxima generación sea valiente para seguir a Cristo, entonces debemos ser valientes y mantenernos firmes como lo hizo Josué. Debemos mirar hacia adelante y ser valientes como padres, pastores, maestros, hermanos mayores o cualquier otra posición de liderazgo que Dios nos haya dado.

La pregunta para mí, y espero que para todos sea “¿Estoy liderando con el ejemplo?” Espero que encontremos valor en el Señor, fortaleza en Su Palabra y seamos líderes que imiten a Cristo. Así es como impactamos a la próxima generación y cambiamos el mundo.

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Written By

Kelsey Gjesdal lives in Albany, OR, with her parents and three siblings and attends the Marion Church of God (Seventh Day). She attends Corban University where she is majoring in psychology and minoring in Biblical studies and writing. Kelsey writes YA Christian fiction, has authored Third Identity, and has a blog for young women. She loves Bible study and memorization, writing, music, and coffee.

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