Nuestra iglesia local está buscando a nuestro próximo pastor. ¿Cómo elegimos al adecuado?

El pastor es responsable ante Dios en primer lugar, y luego ante la congregación. Es tentador elegir a un candidato que pueda servir a la gente. Un enfoque más maduro es elegir a alguien que sirva a Dios cuidando del rebaño y enseñándoles cómo hacer discípulos. El siguiente método es un proceso comprobado.

1. Desarrolle un plan para identificar y examinar a los candidatos. Forme un equipo de búsqueda de pastor y establezca el proceso. Por ejemplo: a) Cree un plan de comunicación. b) Cree un perfil de trabajo. c) Comience a buscar candidatos en red, utilizando al superintendente de distrito. d) Examine los currículos. e) Comience a entrevistar.

2. Identifique y elimine a los candidatos que no reúnan los requisitos.  El apóstol Pablo escribe sobre ser descalificado en términos de una competencia atlética (1 Corintios 9:27). Del mismo modo, un candiato pastoral puede ser descalificado si no ha aprendido la autodisciplina. 

Ciertas cosas pueden descalificar a un candidato que parece dotado para el trabajo. Estas cosas traen reproche a Dios y al carácter de la persona. En 1 Timoteo 3:1-7, el apóstol enumera las calificaciones y descalificaciones de los obispos. Los pecados pueden ser perdonados, y un pecado no tiene por qué descalificar a una persona para siempre. Sin embargo, se necesita tiempo antes de regresar al ministerio, y ese tiempo debe sopesarse según el pecado. Por ejemplo, un candidato queda descalificado si está o ha estado involucrado en alguna relación sexual fuera del matrimonio y no ha experimentado una verdadera restauración.

Pablo continúa identificando las características que califican a los obispos: sobrio, prudente, decoroso, hospedador, no avaro, apto para enseñar, no dado al vino, apacible, no pendenciero, maduro, que gobierne bien su casa y aceptado en la comunidad. Si bien algunas de estas son altamente subjetivas, todas provienen de la Palabra de Dios y merecen una consideración cuidadosa. La preocupación en cualquiera de estas áreas exige un consejo externo mayor.

3. Considere las necesidades de la iglesia local. Generalmente, en un pastor surgen tres conjuntos de habilidades principales: predicar, pastorear y dirigir la iglesia. Por lo general, un candidato puede tener fortaleza en un área y habilidades aceptables en las demás. Esto significa que el equipo de búsqueda debe considerar el tipo de pastor que mejor se adapta a las necesidades presentes y futuras de la iglesia local.

4. Construya la métrica para identificar al mejor candidato. Considere el estándar basado en la Biblia (1 Timoteo 3:1-7; 1 Pedro 5:1-4; Efesios 4:12-14; Tito 1:5-9; 2 Timoteo 4:1, 2; Hechos 20:28-31). A los ancianos se les dice que ejerzan el obispado y sean un ejemplo (1 Pedro 5:2, 3), que sean administradores de Dios (Tito 1:7) y que “administren” la iglesia (1 Timoteo 3). El candidato debe ser capaz de cumplir estos roles. Jesús da el ejemplo: sigan a los que están en autoridad, comprométanse con el aprendizaje y dedíquense a amar a los demás más que a ustedes mismos.

Un candidato pastoral puede adquirir habilidades, pero el carácter y los valores son inherentemente diferentes de un candidato a otro. Por lo tanto, al equipo que está buscando un pastor le conviene más comprender el carácter y los valores del candidato que dejarse impresionar por su extenso currículum o su brillantez académica.

Finalmente, sea fuerte y valiente en Jesucristo y tome una decisión calificada. Confíe en que Dios bendecirá la obra, porque la iglesia y sus pastores pertenecen a Cristo.

— Anciano Chip Hinds

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Chip Hinds is the Southwest District Superintendent of the General Conference of the Church of God (Seventh Day).

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