Perfección – Tercer Lugar (empate)

A diario me encuentro luchando con el concepto de la perfección. Siento la necesidad de ser lo más impecable posible en todo lo que hago. A esto se le llama perfeccionismo. Sale a relucir en mi trabajo escolar, mi arte y mi música. Es difícil para mí reconocer que no puedo alcanzar la perfección por mi cuenta.

Comencé a investigar sobre la perfección en la Biblia para entender cómo podría lograr esta excelencia si yo no puedo hacerlo por mi cuenta.

La perfección, según el Diccionario Oxford, se define como estar libre de errores o defectos. Todos nos hemos esforzado por lograr este rasgo en un momento u otro, pero parece que no podemos lograrlo.

El plan de Dios siempre ha sido que reflejemos a Jesús en Su perfección, pero el pecado se interpuso en el camino. En Mateo 5:48 Jesús declara, «Por lo tanto, sean ustedes perfectos, como su Padre que está en los cielos es perfecto».

El único camino a la salvación eterna es a través de Jesucristo, y al recibir la vida eterna, seremos perfectos.

Hebreos 5: 9 dice, “y una vez que alcanzó la perfección, llegó a ser el autor de la salvación eterna para todos los que le obedecen”. Fue interesante para mí ver que la salvación eterna y la perfección van de la mano. Nunca había considerado que pudieran estar conectadas.

Durante mi búsqueda de la perfección en la Biblia, este concepto se hizo aún más claro para mí cuando encontré la historia del joven rico.

La historia del joven rico que anhelaba la salvación eterna se cuenta en el evangelio de Mateo. “De pronto vino uno y le dijo: Maestro, ¿qué de bueno debo hacer para obtener la vida eterna?” (19:16).

Jesús le dice al joven que guarde los mandamientos que Dios nos ha dado. El hombre insiste en que ha seguido todas las reglas y quiere saber por qué aún no ha alcanzado el estado de vida eterna. En Mateo 19:21, Jesús le dijo, “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo. Después de eso, ven y sígueme».

Sin embargo, el joven es extremadamente rico y no quiere renunciar a su tesoro en la tierra para tener vida eterna y tesoro en el cielo.

Todos somos como el joven rico. Seguimos los mandamientos y marcamos con una palomita todas las casillas con la esperanza de alcanzar la salvación eterna y la perfección como Jesucristo, pero ignoramos el hecho de que no podemos lograr la perfección por nuestra cuenta.

En mi deseo de perfección personal, olvido incluir a Dios en todo lo que hago. Si rendimos nuestros tesoros en la tierra, nos acercamos más a Jesús y crecemos en nuestra fe. Al hacerlo, podemos recibir el regalo de nuestro Padre celestial de la vida eterna perfecta.

La perfección es un regalo, no un logro. Mantente fuerte en tu fe y apóyate en Jesús, y serás recompensado.

 

Todas las escrituras citadas son de la versión Reina Valera Contemporánea (RVC). 

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Más que un Campamento de Verano – Tercer Lugar (empate) ¿A Dónde Me Iré De Tu Espíritu?* – Segundo Lugar

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Layne Ling is seventeen years old and currently resides in Keizer, OR, with her twin brother,ÊZane, her grandmother, Elayne Durham, and her parents,ÊTony and Marinda Ling. She attends the Church of God (Seventh Day) in Marion, OR.Ê

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